Reflexión sobre el 14F
El resultado de las elecciones catalanas arroja unos resultados negativos para Cataluña y para el conjunto de España. Sí es cierto que VOX, la única alternativa útil al separatismo y a la extrema izquierda que sufrimos en nuestra región, ha obtenido buenos resultados, pero la mayoría separatista en escaños es algo muy negativo.
Los separatistas, como he dicho, han obtenido una mayoría en
escaños, lo que permitiría que con un pacto entre JxCat, ERC y la CUP lleguen a
gobernar. Supondría un gran problema para España que los separatistas sigan
apoltronados en el poder, destrozando Cataluña y arrastrando a los catalanes a
la ruina y a la miseria, pero también supondría una gran desgracia que un
partido filoterrorista y antidemocrático como la CUP pueda tocar poder. La
única alternativa es el PSC, que como sabemos no es ninguna alternativa al
separatismo, pues siempre ha sostenido y ha pactado con los separatistas cuando
le ha interesado. Un gobierno del PSC no supondría más que seguir arrastrando
el problema y no aportaría ninguna solución.
Tanto PP y Cs han consumado su desastre, un declive más que
merecido y buscado. El PP, por la falta de proyecto y por la tibieza en la
defensa de la unidad de España, se ha quedado en tres Diputados, que en
realidad es uno, pues tanto la número dos como la tres son independientes,
siendo dos perfiles que no destacan por su defensa de la unidad de España. Su
número dos, Lorena Roldán, recordemos que hace pocos años se unía a la Vía
Catalana pidiendo la independencia de Cataluña, y la tercera Diputada, Eva Parera,
es favorable a llevar a cabo un referéndum de independencia. Mientras tanto en
Cs han sufrido una pérdida de treinta Diputados, un desastre que se veía venir,
por su abandono de los catalanes, tras haber ganado las elecciones autonómicas
de 2017, y haber renunciado a la bandera de la defensa de la unidad de España y
de oposición al separatismo.
La buena noticia de la noche fue la irrupción de VOX,
sumando once escaños, más que PP y Cs juntos, que se presenta como la única
alternativa al separatismo y a la extrema izquierda. Con un programa centrado
en plantar cara al separatismo y acabar con su despilfarro, pero también en la defensa
del trabajador, de los autónomos, del ciudadano de la calle, resaltando
problemas que sufren los vecinos en sus barrios y pueblos, y nadie pone sobre
la mesa, como es la inseguridad, la delincuencia o la inmigración ilegal, ha
sabido llegar a la gente corriente y hacerse un hueco en el Parlament.
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