Cada día menos libres y más estúpidos
Después de pasar un largo retiro en tierras gallegas, vuelvo a encontrarme en la gran ciudad. Desde la tierra de mis ancestros, me enteré que aquí en la Cataluña que me vió nacer y crecer se prohibian las corridas de toros. Supongo que se venía fraguando y así fue. Me sorprendió la actitud de CIU, que de verdad no me esperaba. Lejos de todo esto, no creo que esta Ley dure mucho, si es que llega a entrar en vigor, y una prohibición como ésta, no nos engañemos, no hace más que alimentar a nuestra Fiesta Nacional. Por eso tranquilizo a todo aquel que esté asustado ante esta prohibición.
Por otro lado, esta Ley no hace más que evidenciar la caída en desgracia de Cataluña, aquella tierra que era la vanguardia de España, socialmente y económicamente, parece que va perdiendo poco a poco peso. Con una casta política de las más corruptas de España (que ya es decir), y convirtiéndose en una tierra de prohibiciones. Supongo que eso es lo que pasa por querer convertir a Cataluña en lo que no es. De verdad que independientemente de que se prohíban las corridas de toros, que es un espectáculo de los más bellos que existen sobre la faz de la Tierra, y que nos carguemos un arte y nuestra cultura, lo más importante es que hacemos al ciudadano un poco menos libre, eso es lo grave, y en lo que debemos pensar cada uno de nosotros.
El debate se ha gestado entre si proviene por el animalismo o por el nacionalismo. Yo creo que hay moderar, y ver que hay de todo. La ideología animalista ha tenido mucho que ver, y esa ideología existe igual en Cataluña, que en Madrid que en Andalucía. Ahora bien, no se puede negar que existe una parte que proviene de un nacionalismo que quiere borrar las corridas de toros por tomarlas como símbolo español, y que apoya por completo los correbous, o los toros embolados de las Tierras del Ebro (espectáculos también de una belleza sublime), y ahí se debe pedir coherencia. Porque nada tiene que ver la cuestión catalana en esto. Las corridas de toros son tan catalanas como madrileñas o andaluzas, y cabe recordar que es una de las Comunidades con mayor afición históricamente. Por lo tanto si a mí me preguntan por tierras españolas sin afición taurina, Cataluña será una de las últimas que diré. Por lo tanto, desde el único frente que se puede ver esto es desde el animalismo, si lo tomamos desde el antiespañolismo, queda poco coherente y sin base argumental, y si ya desde el punto de vista animalista parece bastante estúpido, si se hace por odio al español se alcanza una irracionalidad impropia de un ser humano.
Por otro lado, esta Ley no hace más que evidenciar la caída en desgracia de Cataluña, aquella tierra que era la vanguardia de España, socialmente y económicamente, parece que va perdiendo poco a poco peso. Con una casta política de las más corruptas de España (que ya es decir), y convirtiéndose en una tierra de prohibiciones. Supongo que eso es lo que pasa por querer convertir a Cataluña en lo que no es. De verdad que independientemente de que se prohíban las corridas de toros, que es un espectáculo de los más bellos que existen sobre la faz de la Tierra, y que nos carguemos un arte y nuestra cultura, lo más importante es que hacemos al ciudadano un poco menos libre, eso es lo grave, y en lo que debemos pensar cada uno de nosotros.
El debate se ha gestado entre si proviene por el animalismo o por el nacionalismo. Yo creo que hay moderar, y ver que hay de todo. La ideología animalista ha tenido mucho que ver, y esa ideología existe igual en Cataluña, que en Madrid que en Andalucía. Ahora bien, no se puede negar que existe una parte que proviene de un nacionalismo que quiere borrar las corridas de toros por tomarlas como símbolo español, y que apoya por completo los correbous, o los toros embolados de las Tierras del Ebro (espectáculos también de una belleza sublime), y ahí se debe pedir coherencia. Porque nada tiene que ver la cuestión catalana en esto. Las corridas de toros son tan catalanas como madrileñas o andaluzas, y cabe recordar que es una de las Comunidades con mayor afición históricamente. Por lo tanto si a mí me preguntan por tierras españolas sin afición taurina, Cataluña será una de las últimas que diré. Por lo tanto, desde el único frente que se puede ver esto es desde el animalismo, si lo tomamos desde el antiespañolismo, queda poco coherente y sin base argumental, y si ya desde el punto de vista animalista parece bastante estúpido, si se hace por odio al español se alcanza una irracionalidad impropia de un ser humano.
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